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El papel de la mentira, Eduardo Padrón

La mentira alcanza su objetivo si hay quien la crea

“No conviene al necio la altilocuencia; ¡Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso!” (Proverbios 17:7)
No pude evitar recordar una cita que subrayé en el libro de Jean Francois Revel, el conocimiento inútil al leer nuestro proverbio: “Hoy, como antaño, el enemigo del hombre está dentro de él. Pero ya no es el mismo: antaño era la ignorancia, hoy es la mentira”.
Son varios los pensamientos que he leído en este interesante libro que me hacen reflexionar en el papel de la mentira en nuestros días. Recibimos hoy más información de la que podríamos haber tenido nunca, pero no sabemos cuánta de ella es verdad. Pareciera que esa verdad sigue siendo el monopolio de pocos. El trigo viene con mucha paja.
Nuestro proverbio señala que la elocuencia en boca de un necio es tan impertinente como la mentira en los labios de un gobernante. Y es que pareciera imposible gobernar sin mentirle al pueblo. ¿Por qué? Por un lado, porque el pueblo es fácil de engañar. Así lo deja ver César Vidal en su libro Un mundo que cambia, al citar a Aristófanes: “Oh, pueblo, qué bello es tu gobierno. Todos te temen como un tirano. Sin embargo, no resulta difícil llevarte a donde quieren. Te gusta que te adulen y te regañen. Siempre estás escuchando a los charlatanes que están con la boca abierta y tu espíritu viaja lejos aún sin salir de casa” (Vidal 2020). Por el otro, porque esta es la receta que nunca les falla a los políticos y menos a los gobernantes.
Es verdad que la advertencia del proverbio está en la calamidad de tener líderes mentirosos, pero la mentira alcanza su objetivo si hay quien la crea. Así que, como nación y, especialmente, como pueblo de Dios debemos ser perspicaces ante esta realidad. Considero que esta debe ser nuestra lección. ¿Qué piensas?

Eduardo Padrón
Pastor, comunicador y escritor
edupadron@gmail.com

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