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El saqueo y la Biblia

Nuevamente Venezuela está siendo azotada por saqueos a la propiedad privada, bajo las más disímiles excusas, donde el hambre y el alto costo de la vida son las que encabezan la lista de los porqués. Por esta razón se hace propicio que tratemos este tema que amenaza en convertirse en epidemia nacional, siempre, por supuesto, a la luz de la Biblia; de manera que tanto cristianos como no cristianos sepan a qué se exponen ante la práctica de este tipo de robo «justificado».
Según el DRAE, el verbo saquear, tiene tres acepciones: «Dicho de los soldados: Apoderarse violentamente de lo que hallan en un lugar. Entrar en una plaza o lugar robando cuanto se halla. Apoderarse de todo o la mayor parte de aquello que hay o se guarda en algún sitio». Y lamentablemente tenemos que admitir que en Venezuela los tres significados se aplican, donde el más grave es el primero, y no precisamente nos referimos a un estado de guerra, sino a un estado de descomposición socio-moral como nunca antes visto entre quienes deberían salvaguardar el orden y la institucionalidad (el que lee entienda).
Saquear tiene varios sinónimos: Robar, rapiña y despojar. La Biblia usa en el original griego del Nuevo Testamento la palabra “jarpage” que denota pillaje, saqueo, robo, extorsión (relacionado con ‘jarpazo’: arrebatar, llevarse por la fuerza, saquear). Ninguno de estos significados implica algo bueno y pacífico; más bien habla de llevarse indebida y violentamente algo; por supuesto, sin pagar su costo.
Dios, en las Sagradas Escrituras contenidas en la Biblia, manda claramente a no tomar lo ajeno o tomarlo sin permiso y sin pagar su costo. En la Ley dada a Moisés, el Señor sentencia: «No robarás» (Éxodo 20:15); como un mandamiento terminante e inapelable, donde justamente el saqueo es una de esas manifestaciones condenadas por Dios.
En otra parte, también en la Ley, manda el Señor: «No oprimas a tu prójimo. No le robes. No retengas en tu casa, hasta el día siguiente, el salario del jornalero» (Levítico 19:13). En las diversas maneras como se manifiesta el saqueo, está la opresión colectiva contra el bien ajeno; el tomarlo indebidamente, que es robar; así como el retener el salario o bien del prójimo (el bachaqueo, no pagar los salarios para ponerlos a engordar en cuentas particulares). Y, por último, la expropiación a una propiedad privada para no pagar su costo o subpagarla, que es el más lamentable de los saqueos.
Es entonces, el saqueo, cualquier acto de corrupción contra la propiedad o bienes ajenos, privando de ellos a sus propietarios o del justo costo que deben recibir por ellos. Viéndolo de esa manera, que es la correcta delante de los ojos de Dios, son tan corruptos y ladrones los que saquean un bien ajeno, como los que expropian, los que abusan de su autoridad para tomar el bien colectivo o privado, impidiendo que los dueños o a quienes va dirigido tomen lo que legal y justamente les pertenece.
¿No es acaso lo que venimos viviendo en Venezuela durante los últimos años, pero que ahora se ha agravado y que amenaza con convertirse en un estallido social de incalculables consecuencias? La solución es bien sencilla: Arrepentimiento y una vuelta a Dios a través del perdón reconciliador de Jesucristo.
Y si usted es cristiano(a), NO DEBE bajo ninguna circunstancia participar de este robo colectivo porque a Dios le desagrada eso y Él no dudará un segundo en aplicar su justicia perfecta y eterna sobre los infractores; y si por alguna causa ha sido o tal vez será usted víctima de saqueo, la Biblia le recuerda: «ustedes también se compadecieron de los presos, y gozosos soportaron el despojo [saqueo] de sus propios bienes, sabedores de que en los cielos tienen una herencia mejor y permanente. Por lo tanto, no pierdan la confianza, que lleva consigo una gran recompensa» (Hebreos 10:34-35. Énfasis añadido).
Jesús nos dijo que «en el mundo tendríamos aflicciones, pero que confiemos, porque Él venció al mundo». Pase lo que pase y venga lo que venga, jamás participe de las acciones perversas y saqueos de los demás, el hecho de que la mayoría lo haga no significa que Dios lo apruebe; confíe en su Señor y Salvador, porque Él siempre nos proveerá, cuidará y hará justicia. Él traerá pronto la nueva Venezuela conforme a su voluntad buena, agradable y perfecta…

director@verdadyvida.org

@GeorgesDoumat

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