Primero, debemos identificar al enemigo, para eso apelaremos a lo que dice la Biblia en Efesios 6:12, «porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales» (NVI).
Sabiendo que nuestro enemigo es espiritual, debemos atacarle de manera espiritual; «pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo» (2ª Corintios 10:3-5. NVI).
Eso solo se puede lograr en el nombre de Jesús, quien con su ministerio, muerte y resurrección ató al hombre fuerte, Satanás (Lucas 11:21-22) y le dio la victoria a la Iglesia. Jesucristo venció y ató (limitó al diablo) y nos delegó su poder y autoridad (Mateo 28:18); «el Padre lo sentó a su derecha en los lugares celestiales, muy por encima de todo principado, autoridad, poder y señorío, y por encima de todo nombre que se nombra, no sólo en este tiempo, sino también en el venidero. Dios sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio a la iglesia, como cabeza de todo» (Efesios 1:20-22). Las armas del diablo son ineficaces contra Cristo y su Iglesia.
Entonces el papel de la Iglesia ante la crisis venezolana la podemos resumir en cinco puntos:
1.- Sometámonos a Dios y resistir al diablo; ¿cómo?
«Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! Y ustedes, los pusilánimes, ¡purifiquen su corazón! ¡Lloren, aflíjanse, hagan lamentos! ¡Conviertan su risa en llanto, y su alegría en tristeza! ¡Humíllense ante el Señor, y él los exaltará!» (Santiago 4:7-10).
2.- Hacerle frente al enemigo con las armas de Dios.
«Revístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las asechanzas del diablo… Por lo tanto, echen mano de toda la armadura de Dios para que, cuando llegue el día malo, puedan resistir hasta el fin y permanecer firmes» (Efesios 6:11,13).
3.- Oremos permanentemente.
«Oren en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y manténganse atentos, siempre orando por todos los santos» (Efesios 6:8).
4.- Alabemos y adoremos.
Así como Dios le dio la victoria al rey Josafat cuando los moabitas y amonitas sitiaron a Judá, usando la alabanza y adoración liderada por los sacerdotes (2° Crónicas 20:1-25), de la misma manera la Iglesia con su alabanza al Señor hará la guerra y el enemigo se eliminará entre sí.
5.- Enfoquémonos en Él.
El enfoque no está en la batalla, ni en el enemigo, sino en Dios quien es la solución. «Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe…» (Hebreos 12:2). Luego de enfocarnos, esforcémonos y actuemos; «…el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará» (Daniel 11:32).
Como se pudo haber dado cuenta, fuera de Cristo y de la Iglesia no hay solución posible. Esta crisis es la oportunidad que Dios le está dando a su pueblo para manifestar el poder y la gloria del Señor en Venezuela… Así que ¡manos a la obra!
@GeorgesDoumat
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-o-o-o- 1, 2, y 3 -o-o-o-
1 TRUMP RETROCEDE EN SUS PROMESAS. El presidente de EE.UU. cuando estuvo en campaña prometió muchas cosas que hoy simplemente no cumplirá; entre ellas no trasladar la embajada estadounidense en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, lo que había emocionando a los israelíes y a muchos de sus votantes cristianos pro-Israel. También deportará a cristianos iraquíes faltando a su promesa de no hacerlo, a sabiendas del peligro que correrán en Iraq por el solo hecho de ser creyentes en Cristo. Trump está convirtiéndose en un político más que promete y no cumple, eso que él tanto criticó durante su campaña.2LA VERDADERA LIBERTAD DE VENEZUELA. Hace 25 años el Señor le habló claramente a un pastor venezolano y éstas fueron sus palabras: «ciertamente yo usé la espada de Bolívar para libertar esta nación, pero ahora lo haré con la espada de mi espíritu». Zacarías 4:6, “no con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho jehová de los ejércitos”.
3 LO DIJO Charles Spurgeon: “No son el caramelo de la tierra, son la sal de la tierra, algo que el mundo querrá escupir en vez de tragar”.
Y la Biblia DICE: “Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, ¿cómo volverá a ser salada? Ya no servirá para nada, sino para ser arrojada a la calle y pisoteada por la gente… Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará… El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. Al discípulo debe bastarle con ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al dueño de la casa lo han llamado Beelzebú, ¿cuánto más a los de su familia?” (Mateo 5:13; 10:22,24-25. RVC).
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