«Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan» (Hebreos 11:6). La fe es indispensable a la vida espiritual. Sin fe es imposible mantener la vida espiritual. Todos los tratos de Dios con el hombre son a través de la fe. La fe es imprescindible para conocer a Dios, relacionarse con él, recibir de su gracia, apropiarse de sus promesas. Así funciona la economía de Dios. No en balde la Palabra de Dios dice: «El justo por la fe vivirá» (Romanos 1:17).
Fe o creencia
La creencia es una cualidad mental, mientas que la fe es una gracia divinamente impartida al corazón. Usted puede creer sincera e intensamente una promesa de la palabra de Dios, y al mismo tiempo, no tener fe para apropiársela y experimentarla en su vida práctica. Pero la fe no es una capacidad mental de creer. «La fe es espiritual… ardiente y vital… que vive y late; y su poder es irresistible cuando el Señor la imparte al corazón» (Charles S. Prince). La fe bíblica no es «considerar y declarar que está hecho», sino la conciencia profunda, divinamente impartida al corazón, de que está hecho, y esa fe sólo la puede venir de Dios. La fe aun cuando necesita un conocimiento de base, está sobre la razón. Hay una diferencia importante entre el esfuerzo humano para creer y la fe que es un don de Dios. La fe está también más allá del poder de la voluntad. Ciertamente la fe actúa y obra, pero el acto viene de la fe, y no la fe del acto. No podemos fabricar o manufacturar la fe. Si la fe nos es generada por la voluntad humana, ni es una cualidad mental, sino que es un don impartido por Dios. ¿De dónde, entonces, no viene la fe? Nos viene del contacto diario y vital con Dios, a través de la comunión con Dios. La fe crece directamente proporcional a cómo crece nuestra relación con Dios. Al caminar de esta forma con Dios, nos habilitamos para andar según su voluntad. Entonces, seremos impartidos con fe suficiente para toda necesidad. Ahora, para el propósito de recibir fe, necesitamos plantar varias raíces: (1) amor, (2) obediencia y (3) conocimiento y devoción por la Palabra de Dios. Pero es Dios que inyectará al creyente, a través de esas raíces, la vida de fe. Pero las raíces no equivalen a la fe. Las raíces no producen la vida. La fe es la vida que fluye y entra por las raíces.
Raíces por donde entra la fe
• La fe obra por la obediencia (eso se aprecia en la vida de Abraham y otros personajes). La obediencia le da a la fe un sentido práctico, experiencial y dinámico.
• La fe obra también por el amor. Gálatas 5:6 dice: «…la fe obra (actúa) por el amor». La palabra obra (RV), significa ser activa, eficiente, operar. Es decir, la fe se hace activa y opera por el amor.
• La fe obra por la palabra de Dios. Fe es creer en lo que Dios dice en su palabra. Romanos 10:17 dice que «la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios». La Palabra de Dios activa la fe en nosotros. Por qué ocurre esto, porque las palabras de Dios, son espíritu y vida (Juan 6:63).
Arnoldo Arana
Pastor, psicoterapeuta y escritor
arnoldoarana@hotmail.com
Me gustó mucho, está muy clara la diferencia…y como lograr tener más fe.
Gracias.
Buen día Anny ¡Bendiciones! Gracias a ti por leernos, nos alegra que nuestro contenido te sea de bendición, saludos.
Fe estar en cualquier religión y se devoró mientras que con creencia es demostrar en que crees
Muchas gracias por esa ,tan clara explicación ,acerca de la fe..
Buen día hno Daniel, nos alegra que el contenido que compartimos sea de bendición a su vida, Dios le bendiga.