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La mujer adúltera

(Rodolfo Grössl Díaz – Articulista).-

Estaba leyendo en la Biblia el evangelio de Juan 8:1-11, el pasaje que hace referencia a la mujer adúltera. Para los que no lo han leído, les hago un breve resumen del mismo:
Jesús fue al templo de Jerusalén y la gente se le acercó y Él comenzó a enseñarles. Los maestros de la ley (líderes religiosos) y los fariseos le llevaron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio, y le dijeron a Jesús que en la ley Moisés mando a apedrear a tales mujeres, y le preguntaron que decía Él al respecto; la pregunta era una trampa ideada por los maestros de la ley, para poder acusarlo de blasfemia, cosa que tenían tiempo intentándolo; sin embargo Jesús escribía en la tierra con su dedo, pero debido a la insistencia en la pregunta de parte de ellos, Él se enderezó y les dijo: «El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella», y se inclinó al suelo y siguió escribiendo. Al oír esto, se fueron retirando cada uno, comenzando con los más viejos y quedaron solos Jesús y la mujer, y Él le dijo: «Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?». Y ella le contestó, ninguno Señor. Entonces Jesús le dijo: «Ni yo te condeno; vete, y no peques más».
Hay algunas reflexiones que me gustaría hacer con respecto a este pasaje:
1. Con que facilidad nosotros juzgamos a los demás, sin tener en cuenta nuestra propia conducta. Deberíamos, antes de emitir juicios, reflexionar sobre nuestra vida y ver si anteriormente, nosotros hemos tenido conductas similares a la que intentamos juzgar y tratar de mejorar como personas.
2. Jesús no la condena, a pesar de que Él vivió una vida con una conducta intachable, pero le manda, no sólo a no volver a cometer adulterio, sino a llevar una vida sin pecado. La Biblia no menciona qué fue de la vida de esta mujer, pero podríamos inferir que su vida fue impactada por esta enseñanza, además de salvarle la vida y posiblemente haya cambiado para bien.
3. Creo que una enseñanza que podríamos extraer de este pasaje, es que no debemos juzgar a otras personas porque podríamos dañarlas en su reputación y honor, sino al contrario, tratar de ayudarlas a cambiar para que lleven una vida mejor de acuerdo a las enseñanzas de Jesucristo.
Que Dios los bendiga abundantemente.
ruddy1952@gmail.com

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