La inclinación pecaminosa del hombre aunado a lo heredado y aprendido le lleva a cometer malos actos, que están arraigados en su mente y corazón, «pues como piensa dentro de sí [considera en su alma], así es él» (Proverbios 23:7. NBLH); o lo que es igual a: «somos los que pensamos y sentimos», y para nadie es un secreto que la principal inclinación del corazón humano es el de tener bienes y dinero, que para algunos se vuelve una obsesión que buscan satisfacer a cualquier precio.
Las Sagradas Escrituras señalan que «los que quieren enriquecerse caen en la trampa de la tentación, y en muchas codicias necias y nocivas, que hunden a los hombres en la destrucción y la perdición; porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual algunos, por codiciarlo, se extraviaron de la fe y acabaron por experimentar muchos dolores» (1ª Timoteo 6:9-10). No hay nada malo en el dinero, sino en «el amor al dinero».
Siempre procuraremos lo que amamos, pero en el caso del dinero y los bienes materiales este amor se vuelve obsesivo y pecaminoso. Por amar el dinero la gente se corrompe, prostituye, asesina, es infiel, roba, estafa, comercia ilegalmente, evade impuestos, etc. El amor al dinero está relacionado con la codicia y la avaricia, dos prácticas pecaminosas que a la larga llevan a la gente a «experimentar muchos dolores». Si no lo cree, hable con un privado de libertad o con alguna persona que ha vendido su cuerpo y sus principios para y le asegurará que la Biblia tiene la razón.
El amor al dinero es la base de la inmensa mayoría de los males que aquejan al mundo y han causado tanto daño moral, social, económico y espiritual. Amar al dinero va de la mano de la codicia, por ello desde el principio Dios sentenció en el 10° Mandamiento: «No codiciarás… nada que le pertenezca a tu prójimo» (Éxodo 20:17). Porque la codicia lleva a quien la padece y no mide sus acciones a cometer actos perniciosos de los cuales, tarde o temprano, terminará arrepintiéndose.
Tomada de la otra mano del amor al dinero está la avaricia, un tipo de idolatría hacia lo material, que es efímero y pasajero. La Biblia nos aconseja: «Por lo tanto, hagan morir en ustedes todo lo que sea terrenal: inmoralidad sexual, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia. Eso es idolatría. Por cosas como estas les sobreviene la ira de Dios a los desobedientes» (Colosenses 3:5-6). La avaricia no solo lleva a obtener dinero y bienes a cualquier precio, sino que trae consigo la ira y el juicio divino sobre aquellos que se dejan seducir por ella.
Las naciones del mundo, mayormente Venezuela, están gobernadas y sus instituciones lideradas por gente signada por la codicia y la avaricia, quienes aman el dinero por sobre la moral y los principios divinos; y por ello han sido capaces de matar, robar, mal administrar los recursos públicos y privados, creando crisis, mucho malestar y dolor en personas, familias y la población en general. Quien así actúa está tan ciego espiritualmente que no se percata que es un vil instrumento de Satanás para sus oscuros y destructivos fines, y que algún día no muy lejano «le sobrevendrá la ira de Dios por desobedecer» los preceptos divinos.
Solo nos resta recordar lo que Jesús dice: «El ladrón [Satanás] no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas» (Juan 10:10-11). Jesucristo es la única solución para quien ha causado daño y crisis por amar al dinero por encima de todo y de todos, pero para enmendar los males ocasionados debe arrepentirse de corazón y pedirle a Jesús que le perdone y salve del juicio eterno, y esa, apreciado lector, es una decisión personal que debe hacerse antes de morir porque «está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio» (Hebreos 9:27).
Georges Doumat B.
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1 LA LECCIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE CARABOBO. Lo sucedido a mediados de noviembre durante las elecciones estudiantiles de la Universidad de Carabobo (UC) y la manifestación unidad y decidida en contra del abuso oficial para hacer valer la voluntad de la inmensa mayoría es una muestra de lo que se está gestando en Venezuela; ello confirma la profecía dada por Dios a través de Cindy Jacobs donde «habría grandes manifestaciones en los campus a través de los jóvenes antes de la intervención divina definitiva». Ya está sucediendo y la UC es el mejor ejemplo. «El que tiene oído, oiga…».
2 LAS CIFRAS DE LOS VENEZOLANOS QUE SE FUERON. Si alguien ponía en dudas que más de 5 millones de venezolanos han emigrado, el economista Armando I. Flores (@armandoflo), divulgó que 3,3 millones de venezolanos que abrieron sus cuentas de Facebook en Venezuela se han conectado por los últimos 6 meses desde el exterior. Resultado: se estima que 5,2 millones de venezolanos han emigrado en los últimos años producto de la grave crisis que atraviesa nuestro país. Esa sí es una trágica caravana de personas escapando por su vida. «Cuando los pueblos emigran sus gobernantes sobran», dijo el cubano José Martí; «a buen entendedor sobran las palabras», dice un refrán popular…
3 LO DIJO Diego A. Mejía: “Cada vez que subas un escalón de triunfo, sube dos de humildad”.
Y la Biblia DICE: Jesús dice: “Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma; porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana… Revístanse de humildad, porque: ‘Dios resiste a los soberbios, pero se muestra favorable a los humildes’” (Mateo 11:29-30; 1ª Pedro 5:5b. RVC).