Estos secretos tienen que ser revelados para que ellas puedan ser libres al conocer la verdad.
El “comer sangre”
Desafortunadamente las personas desconocen qué pasa cuando comen sangre de animales en la ceremonia de la religión santera.
Dios dice: «Antes digo lo que lo gentiles sacrifican, a los demonio lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis participes con los demonios» (1ª Corintios 10:20).
En las ceremonias de hacer el llamado santo, del hebreo «separado» tienen que comer la sangre de cada chivo y carneros en cantidad de 6 o 7, comer la sangre desde la misma cabeza del animar acabada de degollar en su presencia.
De esta manera el demonio recibe el sacrificio de sangre en el interior del cuerpo que le ha sido adjudicado, en el cual ha de vivir la vida de la persona que pidió su iniciación en la religión.
Esta ceremonia de matar y comer la sangre, ocurre un día antes de que se le haga una consulta a los ídolos, de cómo se va a llamar el espíritu de demonio que acaba de ser colocado dentro del cuerpo del iniciado, y nacer en la religión santera.
La consulta antes mencionada tiene por nombre Ita
Además, al espíritu del demonio que fue colocado dentro del cuerpo le adjudican dos espíritus, madre y padre, cada uno con su nombre.
Dios dice: «Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su pueblo.
Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona» (Levítico 17:10-11).
De esta manera el enemigo, que se llama diablo, se está haciendo adorar, y colocando sus demonios en personas inocentes, que son llevadas a las consultas por los mismos demonios, de manera que las personas vendan sus almas por favores: salud, dinero y amor.
Aquí se cumple la Palabra de Dios: «Conocerán la verdad y la verdad les hará libres».
Si tienes dos dedos de frente dirás: ¡hay Dios!, ¿y yo qué hago ahora?; corre para una iglesia cristiana bíblica, recibe a Jesús como tu salvador personal y sálvate tú y salva a tu familia, porque Jesús vino a salvar, a libertar y sanar a todos los que le reciben como único Señor y Salvador.
Dios les bendiga. Algún día dirás, gracias a Dios que salvó a este hermano.