Permíteme sugerirte tres acciones que puedes comenzar a practicar hoy mismo para regresar a la senda de tus sueños.
En primer lugar, no permitas que nada ni nadie te robe la pasión ni el entusiasmo. Si tus metas son válidas, en el sentido de buscar tu bienestar, el de tu familia y el de la sociedad, jamás debes darte por vencido frente a un aparente fracaso. ¡Al contrario! Aprende de tus errores, de las presiones y las críticas de los demás, y reencauza tu proyecto hacia el éxito.
Rubén Darío, el gran poeta nicaragüense, escribió: «No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura».
En segundo lugar, mantén siempre en claro cuál es el sueño que deseas ver concretado. En el trayecto pueden presentarse distintas alternativas «buenas» pero que no necesariamente implicarán lo «mejor» para ti. Sostén día tras día tus objetivos y persevera en ellos con una actitud positiva.
Tercero, afirma tu confianza y renueva tus fuerzas en Dios. Él nos ha creado con la capacidad de «pelearle a la vida», dándonos una dosis de fe que debemos acrecentar a lo largo de nuestro tránsito por este mundo. En este sentido, quien se acerca a Jesús, Dios hecho hombre, en busca de ayuda, ¡jamás sale decepcionado ni defraudado!
La Biblia dice: «Dios da fuerzas al cansado, y al débil le aumenta su vigor. Hasta los jóvenes pueden cansarse y fatigarse, hasta los más fuertes llegan a caer, pero los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas; podrán correr sin cansarse caminar sin fatigarse» (Isaías 40:29-31).
Hoy es tu día, el momento de recuperar el entusiasmo, fijar nuevamente tu mirada en tus objetivos y acercarse a Dios para recibir Su fortaleza cotidiana para vivir en plenitud. ¿Qué estás esperando?
¡Vivamos una vida al 100%!
Rubén Kassabián
Pastor
devocional@jesus100x100vida.org