Por más graves que hayan sido los errores que hayas cometido en la vida no permitas que los sentimientos de culpa te hundan en el pantano de la desesperanza

El deseo sincero de todo seguidor de Cristo es tener una vida santa y agradable ante Dios. Pero hay muchos cristianos que se encuentran tristes y frustrados porque, producto de cualquier error cometido, están siendo víctimas de sentimientos de culpa, lo cual hace que en lugar de buscar a Dios opten por alejarse de él.
Cuando Adán desobedeció a Dios se sintió tan mal que decidió esconderse de la presencia de Dios. El sentimiento de culpa lo estaba consumiendo. Lo mismo le pasaba al hijo pródigo que narra la Biblia. Sin embargo, este último, logró levantarse de tan desastroso estado y se presentó muy avergonzado ante su padre quien, para su sorpresa, lo recibió con brazos abiertos, jamás le recriminó sus errores y le dio una nueva oportunidad.
Por más graves que hayan sido los errores que hayas cometido en la vida no permitas que los sentimientos de culpa te hundan en el pantano de la desesperanza. Jesucristo te espera con sus brazos abiertos, no para condenarte, sino para restaurarte y darte una nueva oportunidad. Pero para ello es necesario que salgas de la cárcel de los sentimientos de culpa.
Dios te bendiga.
Teófilo Segovia Salazar
Pastor y comunicador