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Sin diálogo y acuerdo perderá Venezuela

Terminó el 2013 y con él todas las posibilidades de haber resuelto muchos de los problemas que angustian a Venezuela entera. Si bien terminó un año, los problemas del país que heredó el entrante 2014 amenazan con incrementarse y la situación socio-política con radicalizarse y hasta calentarse. Estas circunstancias son las que nos obligan a todos los factores que hacemos vida en nuestra nación a retomar el diálogo y lograr acuerdos nacionales.
Como Iglesia aplaudimos la reunión celebrada el pasado 18 de diciembre en el Palacio de Miraflores entre el Presidente Nicolás Maduro y los alcaldes y gobernadores del ala opositora; si bien fue tensa, ello no menoscabó en la importancia de este evento. Este tipo de reuniones deben seguir en el 2014, de hecho ya se dio otra en Miraflores con los diputados de la Asamblea Nacional el lunes 6 de enero; pero debe extenderse a todos los demás sectores de la vida nacional, incluyendo al liderazgo cristiano venezolano.
Venezuela cerró con muchas cifras negativas y extremadamente preocupantes, entre ellas despuntan:
• El 2013 cerró en 56% de inflación reconocida por el Gobierno, y los expertos estiman que la de 2014 remontará esa cifra si no hay importantes acuerdos que salgan de un diálogo sincero y concertado. Pero diálogo, no monólogo. Otra:
• Aproximadamente 25 mil personas murieron producto de la violencia en 2013; donde sólo en Caracas, en diciembre, hubo 565 personas que ingresaron a la morgue de Bello Monte, sin contar los otros fallecidos no reportados; si lo comparamos con los 333 homicidios que hubo durante todo 2013 en Nueva York, la verdad que la situación en la capital venezolana es sumamente grave.
A nuestra nación le llegó la hora de sentarse, juntos, a discutir los problemas y la solución mientras hay oportunidad, los problemas nos afectan a todos por igual, es por esta razón que debemos unirnos para sacar adelante a Venezuela. Unidad no significa uniformidad y quien pretenda imponerlo siempre estará equivocado.
En cierta oportunidad el apóstol «Juan le dijo: “Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros”. Jesús le dijo: “No se lo prohíban, porque el que no está contra nosotros, está a favor de nosotros”» (Lucas 9:49-50). Jesús también dijo: «Quien conmigo no recoge desparrama». Dios pide unidad en medio de la diversidad. Si no recogemos juntos en favor de Venezuela entonces estaremos en contra de ella y finalmente desparramaremos, y el Señor no pasará por alto a ningún líder nacional que divida y desparrame lo que Él desea unir y guiar en su voluntad.
Debido al clima político tan tenso en el que vivimos, como cristianos debemos ser sal y luz para ambos grupos políticos (oficialismo y oposición), inclusive prepararnos para guiar, con la Palabra de Dios como base, a cualquier otro grupo alterno o tercer grupo que pueda aparecer en el escenario nacional. Si la Iglesia se parcializa no habrá quien ilumine y sale de parte de Dios al país; y el Señor no tiene parcialidades ni «hace acepción de personas».
El papel de la Iglesia de Cristo nunca ha sido tan clave como en los actuales momentos que vive nuestra amada patria. Desde el púlpito cristiano le rogamos a nuestros líderes nacionales, del sector que sea, que se sienten a dialogar y depongan actitudes personalistas y doctrinales, que no tengan en poco las artimañas del enemigo de nuestras almas y de la nación. Sin un diálogo sincero no habrá acuerdos. Si no hay acuerdos perderá Venezuela y nuestros enemigos habrán logrado su cometido.
Nadie puede levantarse a hacer nada contra la voluntad de Dios, pues no prevalecerá, será como quien construye sobre arena, tarde o temprano vendrá una tormenta que arrastrará esa edificación y su destrucción será inminente. «Nadie puede recibir nada, si no le es dado del cielo» (Juan 3:27). Reconozcámonos, dialoguemos y lleguemos a los acuerdos necesarios por las buensas, para que no sea de otra forma y así pierda Venezuela entera. No provoquemos a Dios contraviniendo su voluntad… Él decidió bendecir a Venezuela y hacerla puntera de su despertar espiritual y nada ni nadie podrá detenerlo… No ha nacido el hombre que pueda detener la mano del Señor. En Dios confiamos.

director@verdadyvida.org

@georgesdoumat

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