En estos días leímos una información que nos muestra hacia dónde camina el mundo, desde los países que llaman «desarrollados» hasta los mal llamados del «tercer mundo». La nota estaba titulada así: “EE.UU: Escuelas quieren una Navidad sin Jesús”; y un extracto de ella dice:
Escuelas en Wisconsin, New Jersey y Georgia, quieren celebrar la Navidad pero sin cantos que hagan alusión al nacimiento de Jesús… Foxnews, publicó que las escuelas enviaron a sus estudiantes un comunicado afirmando que “vamos a empezar a ensayar la música popular (como los cascabeles, Feliz Navidad y Santa Claus viene a la ciudad) durante la clase de música, pero expresar la alegría al mundo está prohibido”, indicando que las canciones religiosas no se incluirán.
Darryl Woods, de College Park, Georgia, no podía creer lo que estaba leyendo por lo que dijo: “Estoy muy indignado, para ser honesto”, dijo. “Mi familia y yo somos cristianos, somos creyentes. La Navidad es Cristo, celebramos a Jesús. Eso es lo que hacemos”. Hace unas semanas, la escuela celebró Halloween con fantasmas, demonios y duendes que vagaban por el pasillo. “¿Está bien celebrar los demonios pero no se puede celebrar a Jesús?”, criticó Woods. -Fin del extracto.
Estamos claros que Jesús no nació el 25 de diciembre y que todo lo que gira en torno a esa fecha y a la Navidad no es una festividad que Dios ordenara celebrar en la Biblia; eso no es lo que nos ocupa, está en un segundo plano, más bien deseamos recalcar la preocupación que tenemos como líderes cristianos acerca de la tendencia mundial de ir excluyendo a Jesucristo de todo lo que tiene que ver con Él.
No existe una persona más importante en todo el universo y que haya traído tanta bendición a la humanidad como nuestro Señor y Salvador Jesús; Él fue enviado por el Padre celestial para salvar, sanar y guardar por la eternidad a todo aquel que de manera arrepentida y voluntaria le reciba en su corazón como el único «Camino, la Verdad y la Vida» para ser salvos y escapar del juicio final e inminente sobre los pecadores (Juan 14:6, Hechos 4:12, 1ª Timoteo 2:5-6).
Poco a poco han ido sacando a Jesucristo de las escuelas, las leyes y constituciones, las instituciones y muchas dependencias donde hasta hace poco Él era el honrado y adorado. Lo peor de todo es que han ido sustituyéndolo por creencias animistas, de la nueva era, ocultistas (santería, brujería, entre otras). Hoy es más tolerante ver a alguien en instituciones educativas, gubernamentales y legislativas luciendo atuendos anticristianos, vestidos de blanco y llenos de collares y pepas «preparadas», como si nada.
Si sacan a Jesucristo de sus vidas, leyes e instituciones, lo que están haciendo es darle la espalda a Dios, al Señor que nos creó y quiere salvarnos de la eterna condenación. No concebimos cómo pueden celebrar eventos donde Jesucristo es el centro de tal celebración y excluirle, como lo hacen con la Navidad; el agasajado, honrado y celebrado no está en la celebración del mundo moderno, ¿no le parece absurdo eso?
Si viven y establecen sus instituciones sin Jesucristo, al morir no tendrán oportunidad alguna de salvación, pues fuera de Cristo eso es imposible. Dice la Palabra de Dios:
«Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna… si vivimos en la luz, así como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su Palabra no está en nosotros… Si alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre, a Jesucristo el justo» (1ª Juan 1:5-10, 2:1). Si recibimos a Cristo será nuestro abogado defensor en la eternidad; pero si le rechazamos será el juez implacable en el juicio final…
Si el mundo quiere vivir sin Jesucristo no lo haga usted, sálvese y salve a su familia en Él, pues Cristo les dará perdón y vida eterna.
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@georgesdoumat