(Fernando Alexis Jiménez – Pastor).-
Los segundos que transcurrieron entre el primer remesón hasta el momento incierto en que terminó el terremoto, le parecieron una eternidad en la que se conjugaban el crujir de maderas y el estruendo de viviendas y edificios que se derrumbaban como castillos de naipes, aunque por la sorpresa y la magnitud de la destrucción que estaba ocurriendo, pensaba que era junto a ella que caían los escombros.
Luego vino un silencio absoluto. Una especie de tranquilidad en medio de la tormenta que se prolongó más de lo que esperaba. No se oía nada. Todo era caos.
Días después, la mujer apareció en la televisión. Tenía más de setenta años y en aquella tragedia que enlutó la ciudad de Armenia, en Colombia, a comienzos de 1999, perdió no sólo su humilde vivienda sino a la totalidad de sus familiares. Y así la pudo apreciar el país: en medio de las ruinas pero con algo que la tornaba diferente: lucía una amplia sonrisa.
¿La razón? Había perdido literalmente todo, pero conservaba la vida y una fe indeclinable de que Dios le permitiría salir adelante…
¿Siente el vacío de la desesperanza?
Cuando el Señor Jesús murió, relata la Biblia que «Era el día de preparación para el sábado, que estaba a punto de comenzar. Las mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea siguieron a José para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo. Luego volvieron a casa y prepararon especias aromáticas y perfumes. Entonces descansaron el sábado, conforme al mandamiento» (Lucas 23:54-56. NVI).
Probablemente muchos perdieron la esperanza. Al igual que estas piadosas mujeres, pensaron que todo había terminado. Sin embargo, un nuevo despertar estaba por comenzar para la humanidad. Era el inicio de una nueva etapa: la del perdón de los pecados y de una nueva oportunidad para vivir -en el presente y por la eternidad-.
Igual su vida. No todo ha concluido. Hay esperanza. Es necesario que vuelque su fe en Jesucristo. Puede transformarle. Nada es imposible para Él. Tenga la certeza de que si se abandona en manos del Señor, y le pide que opere un cambio en su vida, jamás será el mismo. No deje pasar la oportunidad de traer un cambio a sus días… desde ahora y para siempre…
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