(Infobae/ VyV).-
Hoy, visto como una marioneta al servicio de Vladimir Putin (Rusia) y el Ayatollah Alí Khamenei (Irán), Bashar Al-Assad ha entregado parte de la soberanía de Siria a dos países cuyas incursiones en territorio propio atentan contra la vida de sus propios habitantes. Esto, aunque muchos no lo vean así, es el acelerado cumplimiento de las profecías bíblicas contenidas en Ezequiel 38, 39 y parte del libro de Daniel y Apocalipsis.
Cuando el presidente Hafez Al-Assad agonizó durante unos pocos minutos tras el ataque al corazón que colapsó su vida el 21 de mayo de 2000, solo se preocupó por «las cuentas» que debería pagar en la otra vida. Sabía que su legado sería continuado con exactitud y precisión marcial por su hijo, Bashar Al-Assad.
La dureza de Damasco fue continuada por el actual jefe del gobierno, aunque la cintura política y la popularidad que tuvo a su padre en el poder durante casi 30 años se le esfumara producto de su impericia para mantener a raya a tribus milenarias.
«Al-Assad ha perdido la mayoría de su poder y su supervivencia depende en la ayuda iraní y rusa, ya que ni el Ejército de los Guardianes de la Revolución Islámica, Hezbollah y los chiítas iraquíes y afganos lo han ayudado», señaló a Infobae el experto en contraterrorismo Ely Karmon desde Tel Aviv. Para el académico, Irán necesita de Rusia para la supervivencia de Assad «y el eje que mantiene Siria con Hezbollah en el Líbano y sus nuevos socios en Bagdad».
El pacto secreto entre Al-Assad y sus “padrinos” es simple: atacar a los rebeldes que se oponen el régimen bajo la excusa del combate abierto contra el grupo terrorista Daesh (Estado Islámico). Es así como, según denunció el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, las víctimas sirias que nada tienen que ver con la banda radical sunita crecen a diario producto de los ataques aéreos de la fuerza aérea rusa.
Irán se coló, premeditadamente
El régimen iraní que busca mayor influencia se sumó a las reuniones por Siria en Viena, donde participó en las conversaciones internacionales sobre la crisis de Siria, apoyado por Teherán, Rusia y Hezbollah.
«Hemos recibido la invitación y se ha decidido que el ministro de Relaciones Exteriores participe en las conversaciones», dijo la vocera Marzieh Afkham, citada por la televisión estatal. Es así como la atigua Persia, hoy Irán, se cuela de manera premeditada en un conflicto que apenas inicia.
Cumplimiento profético
Los «exitosos» ataques de Rusia a los opositores sirios y los fundamentalistas del Daesh (Isis) fortalecerán la imagen rusa y ahora la iraní al extremo de ganarse la confianza de muchas naciones agobiadas por el terrorismo. Eso será, precisamente, lo que catapulte a Rusia e Irán a la posición que predicen las Sagradas Escrituras en Ezequiel 38, 39 y parte del libro de Daniel y Apocalipsis, y con ello su arremetida contra Israel a quien tratarán de «borrar del mapa»; con la sorpresa de que finalmente será Dios quien los derrotará a todos ellos.
Joel Rosenberg, destacado escritor cristiano y estratega comunicacional, experto en temas proféticos relacionados con asuntos geopolíticos y terroristas, señaló a CBN News que el libro de Ezequiel y las profecías que envuelven una alianza entre Rusia, Siria e Irán, todas ellas alineadas contra Israel «por primera vez en 2.500 años, ese escenario es una realidad»; y culpa «al gobierno de Obama de dejar un gran vacío en el Oriente Medio que le dio entrada a Rusia» y ahora Irán.◄