Una de las profecías más citadas es la que habla sobre la cercanía del fin de esta generación pecadora y la venida de Cristo a reinar por mil años a la tierra; la misma fue dada por el propio Jesucristo durante su ministerio terrenal y recogida en los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas.
Ante la pregunta de los apóstoles de «¿cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo? Jesús les respondió: “Cuídense de que nadie los engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre, y dirán: ‘Yo soy el Cristo’, y engañarán a muchos. Ustedes oirán hablar de guerras y de rumores de guerras; pero no se angustien, porque es necesario que todo esto suceda; pero aún no será el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá hambre y terremotos en distintos lugares. Todo esto será sólo el comienzo de los dolores”» (Mateo 24:3-8).
Viendo las amenazas de los terroristas, del líder de Corea del Norte, del conflicto árabe-israelí; la multiplicación del hambre, los terremotos, las señales en los cielos, los huracanes y los falsos profetas que aseguran cada rato el fin del mundo, la arremetida de nuevas pestes y enfermedades; no solo nos aseguran que estamos ya en el tiempo del «comienzo de dolores», sino que la venida inadvertida de Cristo por su Iglesia es algo que puede suceder hoy mismo, inclusive, mientras usted lee este artículo…
Alguien dijo en estos días: «debemos prepararnos, vamos hacia lo mayor». La Ciencia sabe muy bien que esto es indetenible, cada día el calor será mayor, los huracanes y terremotos serán más intensos y numerosos, eso trae consigo brotes de pestes y enfermedades, contaminación de las aguas y hambrunas, entre otras calamidades.
El planeta está entrando a terapia intensiva.
El reciente terremoto de México de 8.2 en la escala de Richter (Oaxaca y Chiapas) es el mayor registrado en la historia, así como el huracán Irma ha sido el mayor registrado en la historia; sin olvidar el seguido terremoto al sur de la Ciudad de México de 7.1 que cobró casi 300 víctimas y los sucesivos huracanes, como María, que devastó varias islas del Caribe; son una pequeña muestra de lo que viene.
Vamos hacia lo mayor, por lo tanto debemos actuar con mayor consistencia como Iglesia de Jesucristo… ¿Qué debemos hacer como cristianos e hijos de Dios? ¿Cruzarnos de manos y esperar lo inminente?
En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo expresa: «Porque la creación aguarda con gran impaciencia la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino porque así lo dispuso Dios, pero todavía tiene esperanza» (Romanos 8:19-20). Precisamente la esperanza de este mundo está en quienes la alcanzamos: los creyentes en Cristo.
¿Cómo darle esperanzas a un mundo desesperanzado? Hablándoles del Dador de esperanza, Jesucristo; orando por misericordia y para que cada día miles alcancen la salvación del Señor; tomar autoridad sobre la naturaleza en el nombre de Jesús; y concientizar a la población mundial, como administradores de la tierra y embajadores del Reino de los cielos, a cuidar este planeta que Dios nos regaló de todo tipo de contaminación que lo está destruyendo a pasos acelerados.
Es cierto, vamos hacia lo mayor por causa del pecado de la humanidad, pero no olvidemos que «cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; para que así como el pecado reinó para traer muerte, también la gracia reine por la justicia para darnos vida eterna mediante Jesucristo, nuestro Señor» (Romanos 85:20b-21). Así como los desastres naturales serán mayores, el Señor promete que su gracia salvadora y la manifestación de los milagros de la historia también serán mayores.
Dios sabía lo que vendría, por eso nos proveyó la solución en Cristo Jesús… pero primero debe usted hacer de Cristo el Señor y Salvador de su vida. Ante los anuncios de catástrofes mayores, yo no dejaría para mañana una decisión tan vital, ¿lo haría usted?
@GeorgesDoumat
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-o-o-o- 1, 2, y 3 -o-o-o-
1 MEDIDAS DE TRUMP ASFIXIARÁN MÁS AL PUEBLO VENEZOLANO. Si las sanciones aplicadas por la administración de Trump al gobierno venezolano son para originar el levantamiento popular definitivo, el cual pasaría por encima de los actores políticos actuales y terminaría en una masacre nacional, la verdad que es muy efectiva esa medida porque vamos hacia allá; ya que como pueblo empezamos a sufrirla. Si, según los organismos internacionales, ya tienen pruebas contra altos personeros de la vida pública nacional ¿por qué no vienen a buscarlos y los arrestan en vez de hacer sufrir más al pueblo venezolano? La intervención divina en Venezuela ya es inminente.2 EL CRISTIANO Y EL ESTADO. «Como solo el cristiano conoce la subordinación del Estado al señorío de Cristo, el Estado tiene para él una significación más grande que para cualquier otro ciudadano. Pero, por otra parte, allí donde el Estado sobrepasa sus poderes, los cristianos lo descubren con más fuerza que los no cristianos, aunque estos también pudieran tener sus dudas al respecto. Cuando esto sucede, cuando el Estado se separa del señorío de Cristo, el cristiano descubre allí el poder de lo demoníaco que rompe sus ataduras: descubre allí a la Bestia de Apocalipsis 13». Oscar Culmann.-
3 LO DIJO Miguel de Unamuno: “Muchos creen que al ir a la iglesia hacen un favor a Dios… ¡De cuántas maneras vive la soberbia!”.
Y la Biblia DICE: “¡Cuán dichoso es aquel a quien tú escoges y lo llevas a vivir en tus atrios! Nosotros quedamos plenamente satisfechos con las bondades de tu casa, con las bendiciones de tu santo templo… Yo soy la vid y ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes nada pueden hacer” (Salmo 65:4; Juan 15:5). RVC).
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