Nada peor que la intolerancia. Pero cuando la intolerancia es por motivos religiosos se vuelve insufrible. Dios creó al hombre con libre albedrío, dejando en nuestras manos la dirección de nuestra conducta, no sin cosechar lo que se siembre. Emulando a la naturaleza, cosechamos la misma especie de lo que sembramos.
Jesucristo nos enseñó que «llegará el momento en que cualquiera que los mate, pensará que rinde un servicio a Dios» (Juan 16:2b). Ya el Señor nos adelantaba a los creyentes en Él, que sufriríamos a manos de intolerantes religiosos que han esgrimido el nombre de Dios de manera vana, subyugando y asesinando a los discípulos de Cristo.
Por siglos la persecución y martirio a los cristianos la escenificó el imperio romano, luego la estafeta pasó a manos de la religión católico romana, que abusó y masacró a millones a través de su tribunal inquisitorial, «en nombre de Dios»; pero durante las últimas décadas la supremacía intolerante llegó a manos de los fundamentalistas islámicos, hindúes y sectas animistas.
Antes, las ejecuciones eran personales, pero ahora, a manos de los fundamentalistas islámicos, éstas son en masa, sin distinguir niño de adulto, inocente de culpable. Cualquiera que se convierta de musulmán a cristiano es reo de muerte -si lo pela la «justicia islámica», lo ejecutan los fundamentalistas en la calle-. Cualquiera puede islamizarse, pero no perdonan el caso inverso.
Eso mismo sucede con el caso de la «blasfemia», tema muy espinoso. Nadie puede ni nombrar al innombrable fundador de la religión musulmana porque lo persiguen hasta aniquilarlo o en el mejor de los casos enajenarlo socialmente, sin embargo ellos se mofan, burlan, violan, juzgan, encarcelan injustamente y hasta matan a los cristianos. Nuestro Dios y Padre del Señor Jesucristo nos manda a «orar, perdonar y bendecir a los que nos persiguen y ultrajan por causa de nuestra fe en Él»; el dios de ellos manda a matar a quienes no piensen igual a ellos.
El último los casos de blasfemia contra nuestro Señor Jesucristo lo llevó a cabo Reza Aslan, un escritor musulmán, autor del muy controvertido y recién publicado libro “Zelote: La vida y obra de Jesús de Nazareth”, quien en una entrevista con Lauren Green en Fox News, dijo lo siguiente acerca de su nueva obra:
“No soy sólo una persona musulmán que escribió sobre Jesús. Soy un experto con un doctorado en la historia de las religiones”. Aslan dijo que sólo estaba tratando de contar la historia de Jesús desde el punto de vista histórico, más que como el Hijo de Dios, y la piedra angular del cristianismo. El libro muestra a Jesús como un violento líder revolucionario en contra del poder de Roma, en comparación con el Mesías compasivo y misericordioso que revela la Biblia.
Varios estudiosos han criticado la intención de Aslan al escribir un libro sobre los orígenes del cristianismo, cuando es un musulmán practicante, sobre todo porque muchas de las afirmaciones hechas en el libro contradicen las enseñanzas del cristianismo.
El reportero de Fox News, John S. Dickerson, dijo que “El Zelote es una demolición de ritmo rápido de las creencias fundamentales que el cristianismo ha enseñado acerca de Jesús durante 2.000 años. Sus conclusiones son reclamos de larga data islámica, a saber, que Jesús era un profeta tipo entusiasta, que no pretende ser Dios, y que los cristianos lo han entendido mal, que los evangelios cristianos no son las palabras reales de la vida de Jesús, sino un ‘mito’”.
Mientras este blasfemo, ignorante de la verdad bíblica, pero escudado en sus títulos universitarios, cree que puede degradar así a Jesucristo (el Hijo de Dios y único Salvador), desde la visión sesgada que el Islam siempre ha mostrado ante el Señor; ninguno de los altos jerarcas de esa religión ha emitido ni una sola palabra de crítica hacia su correligionario escritor. Si el caso hubiera sido a la inversa ya Reza Aslan hace rato estuviera muerto o prófugo y el mundo estuviera nuevamente incendiado, embajadas quemadas, bombas estalladas y pare usted de contar acciones terroristas.
Este tipo de blasfemias contra Jesucristo sí están permitidas en el mundo musulmán, pues «el que calla otorga»… pero hacia el Islam, ni tocar a su fundador con el pétalo de una rosa, sino el mundo y los inocentes pagan las consecuencias… ¿Cómo llaman a eso?
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