(Agencias – Verdad y Vida).-
En el último mes, diferentes huracanes y terremotos han azotado la tierra. Los desastres iniciaron con Harvey en Houston, EE. UU, para luego darle paso a Irma, José y Katia, siendo el más fuerte de ellos Irma, que golpeó en las islas del Caribe, así como en Miami, EE. UU. Al mismo tiempo, Guatemala y México fueron víctimas de terremotos que ocasionaron innumerables daños especialmente en Oaxaca y Chiapas, México.Unos 15 días después, la Ciudad de México y ciudades aledañas fueron sacudidas por un segundo terremoto de 7.1 en la escala de Richter, que nuevamente ocasionó graves daños, colapsos de edificios y cientos de afectados.Ante estas situaciones, la Iglesia Cristiana se avocó a ayudar a los afectados, no solo con insumos sino también llevando un mensaje de esperanza y presentándoles el plan de salvación en Cristo Jesús.
Entre tormentas y huracanes
El estado de la Florida, EE. UU se recupera de las secuelas del huracán Irma. La oración y la ayuda al prójimo han sido las armas de la Iglesia para combatir la amenaza de la tormenta.Antes de su llegada a Florida, Irma era considerada una de las tormentas más mortíferas que el área del Caribe haya sufrido jamás. Los medios de comunicación y las autoridades daban los peores pronósticos. Pero la Iglesia tanto local como internacional marcó la diferencia al no dejarse atemorizar y creer en el poder de Dios. Su arma letal es la oración contra la tormenta.La Iglesia no solo realizó tiempos de oración antes de la llegada de Irma, también extendió sus brazos en acción de gracias a Dios por haberlos protegido de lo peor. Por ejemplo, el Ministerio Internacional El Rey Jesús en Miami, que previo a las labores de limpieza en su iglesia tras el paso de Irma, agradeció a Dios por su protección.

Un equipo de Operación Bendición de CBN se trasladó a Florida para brindar ayuda a los más afectados por el huracán Irma, así como La Bolsa Samaritana, del evangelista Franklin Graham, Bayside Community Church, Ejército de Salvación, entre otros, también mostraron el amor de Jesús a los demás a través de la ayuda física y espiritual.Otras localidades no tuvieron igual desenlace que Florida. Cuba, Antigua y Barbuda, Puerto Rico, Anguila, recibieron el impacto de Irma. Más de una docena de islas fueron devastadas por la tormenta, pero Anguila fue una de las islas más afectadas.“La isla parece haber sido golpeada por una bomba nuclear”, dijo Emerson Boyce, secretario general de la Asociación Evangélica del Caribe. Boyce estableció que en algunas islas, del 80 al 90 % de los edificios fueron completamente destruidos por el huracán. Como consecuencia de esto, estuvieron largas horas incomunicados, sin teléfono o internet, lo mismo sucedió en Antigua y Barbuda, y Cuba.Pero Irma no ha sido la única que ha causado estragos, días después apareció el huracán María, quien pasó por Dominica, causando estragos en la pequeña isla. “¡Los vientos son implacables, sobreviviremos por la gracia de Dios!”, declaró el primer ministro Roosevelt Skerrit poco antes de que el huracán terminara de pasar por la isla.Tras el paso de María, Skerrit declaró que los daños fueron “abrumadores” y que necesitarían “ayuda de todo tipo”.

Dominica no fue la única golpeada por María. Puerto Rico también vivió la llegada de este poderoso huracán y autoridades como la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, señaló que “la devastación, la cantidad de casas que han desaparecido es muy difícil de procesar”, y el alcalde de la ciudad de Fajardo, Aníbal Meléndez, dijo que “nunca había visto mi ciudad tan destrozada”.Solo se contabilizó una persona fallecida pero los daños materiales son incalculables, considerando que hace dos semanas Irma también causó daños en la isla. Por su parte, el gobernador Ricardo Rossi aseguró que “no hay ningún huracán más fuerte que el pueblo de Puerto Rico. Cuando pase esto, juntos nos vamos a levantar”.
México
Un primer terremoto de una magnitud de 8,2 en la escala de Richter sacudió a México, específicamente los estados Oaxaca y Chiapas, dejando un centenar de muertos y miles de damnificados que lo han perdido todo. Este sismo ha sido calificado como el terremoto más fuerte en México en 100 años. El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, informó que solo en el istmo de Tehuantepec, la zona más castigada por el terremoto, había 800.000 damnificados. Más de 12.000 viviendas se han caído o han sufrido desperfectos en Oaxaca y más de 40.000 en Chiapas.La respuesta de los entes de seguridad fue rápida y casi inmediatamente repartieron unas 30.000 despensas entre la población. Esto es, paquetes de alimento y bebida, agua, leche, café, arroz, frijoles… También entregaron miles de colchonetas y mantas.Una adolescente, víctima del terremoto, agradeció a Dios por haber sobrevivido milagrosamente bajo los escombros de su casa.

Denisse Pérez, de 15 años de edad, residente en el pueblo Unión Hidalgo, narró lo que vivió, “me desesperé porque veía mi cuerpo lleno de sangre y sentía que ya no podía más”, dijo. La adolescente quedó atrapada con su madre y su hermana hasta que unos vecinos los rescataron. “Solo Dios sabe por qué Él hace las cosas, por eso yo estoy agradecida con Él, porque nos dio otra oportunidad”, expresó. Un segundo terremoto golpeó a la nación centroamericana, tan solo 15 días después del primero. Esta vez, tuvo una magnitud de 7,1 en la escala de Richter pero se sintió con más fuerza en la capital dado que el epicentro fue más cercano, en el límite entre los estados de Puebla y Morelos y a 120 kilómetros de la Ciudad de México. Para el cierre de esta edición, se contabilizaban 324 fallecidos, 45 edificios destruidos y más de 800 heridos.
Así como las autoridades competentes, la Iglesia de Cristo en México también se avocó a la ayuda de los damnificados, entregando insumos, instalando comedores en algunas localidades, como es el caso de CBN México, y por supuesto llevar el mensaje de esperanza en Cristo.Así también, la Alianza Evangélica Latina emitió un comunicado para convocar a todas las iglesias cristianas a clamar al Señor fuertemente por el terremoto ocurrido en México y por la amenaza del huracán María a Puerto Rico y el resto del Caribe.
Señales del fin
El pastor Max Lucado, dijo que los desastres naturales ocurridos últimamente en el Caribe, Estados Unidos y México, son los “dolores de parto” que anuncian la pronta venida de Cristo.“Los desastres naturales nos pueden sorprender, pero no sorprenden a Dios. El aumento de los desastres naturales son como los dolores de parto de un embarazo, que indican un nacimiento inminente”, dijo Lucado; y añadió que “los cristianos no sabemos cuándo Cristo volverá, pero creemos que lo veremos”, dijo, haciendo referencia al versículo bíblico de Lucas 21:25-28.El pastor aseguró que ahora más que nunca, es el momento que los cristianos se levanten y se pongan en oración. “Ponga atención a la crisis y, durante unos minutos ore a Dios. No mire los problemas, cuando más lo miras más grande se hace. Sin embargo, cuanto más miras a Dios, más rápido se reduce el problema”, dijo.“Las tormentas pasan, pero Dios queda con nosotros. Mire a su alrededor y vea a quien puede ayudar.

No olvides que Dios te ama. Puedes confiar tu futuro y tu vida en Él”, concluyó Max Lucado.Como cristianos debemos mantenernos en guardia puesto que la Biblia profetiza acerca de la multiplicación de los desastres naturales ante la cercanía de la venida de Jesucristo por su Iglesia, estas catástrofes son apenas los “principios de dolores” anunciados por el Señor (Mateo 24:8).Por esta razón no debemos olvidar que “la creación aguarda con gran impaciencia la manifestación de los hijos de Dios” (Romanos 8:19); y la manera de manifestarnos como cristianos es clamando a Dios por misericordia, tomando autoridad en contra de los fenómenos naturales, advertirle al mundo que si seguimos destruyendo el planeta que el Señor nos entregó para administrarlo los desastres serán más grandes cada día…◄


