(Mundo Cristiano – Verdad y Vida).-
En la actualidad la sociedad está distorsionada y actúa en contra de lo que Dios ha establecido para el hombre. Pero a pesar de ello, Su gracia y misericordia alcanza a muchos cada día. Tal es el caso de muchas niñas y adolescentes en Perú, que con la ayuda de ministerios cristianos han recibido el mensaje de salvación y han sido libres de las drogas y prostitución a través del amor del Señor.
Antecedentes
La prostitución de niñas en Perú es algo común y bastante fuerte, hay poblaciones donde este es el comercio principal y la fuente de ingreso mejor remunerada, pero ninguno de los implicados se detiene a pensar en el bienestar físico y especialmente el espiritual de estas jovencitas y hasta jovencitos que son víctimas de las drogas y la prostitución.
Registros y estadísticas han mostrado que más del 60 % de las víctimas de trata de personas en Perú son menores de edad y de este número el 90 % son de sexo femenino. En algún momento este país fue posicionado como el número cuatro en cuanto a la prostitución infantil en Latinoamérica se refiere.
No todo está perdido
Conociendo esta problemática los ministerios CBN, Promesa para el huérfano (Orphan’s promise) y Clamor en el barrio, han abierto una casa hogar para ayudar a niñas y adolescentes envueltas en la prostitución infantil. «La verdad es que la mayoría de las chicas que están aquí son menores de edad, hay mucha problemática de pandillaje, o prostitución infantil, chicas que se van de su casa, que crecen en hogares disfuncionales y que están necesitando una cobertura para no terminar, digamos, como una drogadicta más o como alguien que no sea socialmente activo», explicó Úrsula Schelje, directora de CBN Perú.
La atención y el cuidado que se les brinda apuntan hacia un cambio radical de vida, se les provee de ropa, alimento y sobretodo el alimento espiritual. «Nosotros trabajamos con las heridas interiores que ellas han tenido y la raíz por la cual ellas llegan a ese estilo de vida de pecado, de perdición; y la metodología que usamos acá es espiritual, hacemos clases bíblicas, hacemos clases de sanidad interior, les damos diferentes tipos de enseñanzas, impartiendo vida», indicó Kezia Salazar, directora de «Casa hogar Clamor en el barrio para ellas”.
Esta casa hogar alberga a unas trece adolescentes, pero tiene una capacidad instalada para 60 o más. Allí ellas pueden adorar, alabar a Dios, estudiar las Sagradas Escrituras, tener tiempo de intimidad con el Señor y dejarse procesar por Él para poder alcanzar su propósito divino.
Restauración en Cristo
Las menores llegan en un estado crítico, tal es el caso de Haziel Vera quien tuvo muchos problemas en su hogar. «Bueno, yo llego aquí, porque lamentablemente caí en las drogas a raíz de todos esos problemas que tuve en mi casa. En un principio yo lo hacía nada más por diversión, porque eso me ayudaba a olvidarme de mis problemas, pero era poco, hasta que ya después fue aumentando. Me sumergí en el mundo de las drogas», relató Haziel.
Es en esta casa hogar donde ella pudo restaurarse y conocer el verdadero amor. «Dios tocó mi corazón y pude conocer el amor del Señor hacia mi vida. Que había alguien que había muerto por mí, que había hecho un sacrificio y que me amaba, mucho más que mis padres, mucho más que las personas con las que yo estuve en la calle», confesó Haziel.
Fue así que empezó a experimentar un amor no conocido. «Entonces yo supe que había alguien esperando por mí, alguien que toda mi vida me estuvo cuidando, me estuvo guardando y que realmente me amaba con un amor sobrenatural, un amor que hasta el día de hoy yo no entiendo», precisó Haziel.
Así como Haziel hay 12 niñas más cuyas vidas han sido transformadas por el amor de Dios, «el verdadero amor», como ellas confiesan. «Hemos podido ver el milagro de Dios en sus vidas, me he dado cuenta que el único que puede cambiar la vida de una persona es el Señor y hemos podido experimentarlo en la vida de cada una de estas chicas, un cambio no solamente en su interior pero hasta físicamente, llegaron flacas, con el rostro bien oscuro, y verlas a través del proceso de cambio, la transformación que Dios hace, se les ve diferente, se llenan de luz, se llenan de gozo, de vida», detalló Kezia.
Estas 13 niñas han dado un cambio radical. Ya no consumen drogas, se prostituyen o viven en las calles, ahora ellas tiene un hogar, pero más que una casa donde vivir es un hogar en los brazos de su Padre celestial, quien las creó y les entregó un propósito de vida que buscan alcanzar a través de su entrega y total dependencia de Dios.
La «Casa hogar Clamor en el barrio para ellas» es un lugar de consuelo y esperanza para estas «niñas mujeres» que pensaron que lo habían perdido todo.◄