¡La aceptación, la mirada emocional panorámica y la paciencia pueden originar grandes cambios!
Algunas personas nos dicen: «pero pastor, yo no puedo aceptar a mi cónyuge como es, porque él me ofende constantemente, tiene adicciones y me maltrata mucho. ¿Cómo puedo aceptar a una persona así?». La idea de aceptarnos tal como somos no incluye ninguna forma de violencia doméstica. Si una persona ya llegó a ese nivel de comportamiento, debe recibir atención profesional.
Pastor, en mi caso no hay violencia doméstica, pero mi cónyuge tiene actitudes que me molestan mucho y no lo puedo cambiar. ¿Qué hago?
En este caso, la aceptación, la mirada emocional panorámica y la paciencia son muy importantes. Tu cónyuge va a tener una mayor actitud al cambio cuando lo aceptes, mires lo bueno de su temperamento y lo ayudes con paciencia a mejorar esa área de su vida en la que es débil. Definitivamente vas a tener mucho más opción de lograr un cambio en él o ella cuando le aceptes y le veas lo bueno que cuando le regañes y te quejes constantemente pidiendo cambios. El regaño y la queja te desconectan emocionalmente y dificultan considerablemente la posibilidad de cambio.
1ª Pedro 3:8-9: «En fin, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables. No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición».
Esto suena raro, pero es como funciona. Si tienes una debilidad en tu carácter, como por ejemplo la ira o el enojo; sabes que esa debilidad te afecta y muchas veces no puedes controlarla. Lo que necesitas de tu cónyuge es comprensión, que te acepte como ser humano que te tocó tener esa debilidad debido a tu temperamento que no escogiste; y que te ayude con paciencia y con amor a superar esa debilidad. Además no todo es malo en una actitud de ira, lo importante es aprender a controlarla. A veces la ira como reacción inmediata nos puede salvar de un acontecimiento grave.
Otras personas tienen por ejemplo poca fuerza y poca imaginación. A veces se ven como distraídos y pareciera que nada les importa. Esta persona no va a cambiar ni a mejorar si no tomas la decisión de aceptarle como es primero, a verle sus cosas buenas y luego con paciencia y amor le vas ayudando a mejorar. La reacción normal es la queja, el regaño constante, la presión para que cambie, pero eso muy rara vez da algún buen resultado. Además ese tipo de personas tienen algo bueno: son pacificas y casi siempre dispuestas a ayudar. Lo que necesitan es aprender a controlar la actitud negativa.
Otras personas tienen tendencias perfeccionistas que abruman y cansan a su cónyuge. No lo vas a cambiar quejándote constantemente y exigiéndole que cambie. Igualmente acéptale tal y como es, mira lo bueno de esa actitud y comienza a ayudarle con paciencia a controlar esa actitud para usarla solamente en lo que es conveniente.
La mirada emocional panorámica para ver lo bueno de tu cónyuge y la paciencia son actitudes sumamente importantes porque los cambios no suelen suceder rápidamente. Los cambios de comportamiento en los seres humanos se obtienen normalmente por procesos de reprogramación de la mente y motivación. Dios nos enseña su palabra para que reprogramemos nuestra mente y nos guía con paciencia para que logremos el objetivo.
En todo matrimonio, ambos tienen actitudes que cambiar, quizás uno más que el otro, pero si lo hacen trabajando con la aceptación, la mirada panorámica y la paciencia, tienen muy grandes posibilidades de mejorar mutuamente. Hablecon su cónyuge acerca de este tema y como pueden ayudarse mutuamente y lograr tener un matrimonio saludable y agradable.
¡Tu matrimonio y tu familia es el regalo más preciado que Dios te ha dado. Cuídalos!
Luis y Hannia Fernández
Pastores y consejeros
luisyhannia@libresparaamar.org