Desde siempre la Iglesia de Cristo ha sido perseguida y se ha encontrado con todo tipo de oposición para llevar el mensaje de salvación al mundo entero. Y es que el mismo Jesús lo dijo a sus discípulos: «Acuérdense de la palabra que les he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán…» (Juan 15:20, RVC).
Esto lleva a la reflexión y a cuestionar desde cuándo la raza humana está viviendo esta persecución, así como los distintos tipos de ataques o situaciones por la que atraviesa un verdadero seguidor de Jesús.
En entrevista exclusiva el abogado, escritor y Doctor en Teología, Euclides Fuguet Borregales, dio a conocer la historia del cristianismo en Venezuela, así como de los inicios de la persecución en el país. Si bien es cierto, que estos episodios no son todos por los que la Iglesia de Cristo ha pasado, se resaltan algunos de importancia en la historia.
Época colonial
«Desde la colonia española hemos tenido algunos casos de persecuciones contra la iglesia evangélica. Ello fue heredado de la Inquisición establecida por la Iglesia Católica Romana en 1610, creado en Cartagena de Indias, Nueva Granada, la cual tenía competencia en Venezuela, pero en el tiempo otros factores han contribuido a este ensañamiento contra la obra de Dios», explica el ministro cristiano.
Comentó que en Coro, el 20 de enero de 1535, el obispo Rodrigo de Bastidas, le comunicó al emperador Carlos V, que entre los alemanes que habían llegado con Ambrosio Alfinger, algunos sostenían las ideas y opiniones de Martin Lutero. De esta forma, se abrió, en Santo Domingo, el proceso inquisitorial contra Juan Flamenco, maestro, por ser un cristiano luterano. En 1621 el comerciante inglés Adam Edom fue condenado y asesinado en Cumaná, por ser cristiano. En Cartagena, Colombia, Juan de Frías, venezolano y luterano, fue ajusticiado por practicar el cristianismo como forma de vida.
Siglo XX
Dentro de los acontecimientos en este siglo se observan varios ataques físicos y con daños a propiedades como la orden de un sacerdote de quemar la Iglesia Cristiana Evangélica de Abejales, en el estado Táchira. «No fueron pocos los locales apedreados, amenazados y destruidos por fanáticos religiosos dirigidos por curas y beatos», comenta Fuguet. De igual forma, la Primera Iglesia Bautista en Guanare, sufrió los embates de la persecución. En Mérida se prohibió, mediante aviso en «El Vigilante», órgano oficial del arzobispado de esa ciudad, no alquilar casas de habitación a ‘los misioneros protestantes herejes’. Estos misioneros comenzaron la obra de la Iglesia Cristiana Evangélica de Mérida, pues los campesinos venían a ellos para pedirles dinero -para poder bautizar a sus hijos en la religión católica- y los misioneros les predicaban el evangelio de Cristo.
Este pareció ser el siglo de los misioneros en territorio indígena para esta nación y los países vecinos. En 1946 se inició la obra de la Misión Evangélica Nuevas Tribus, entre los Yanomami, en el río Mavaca, afluente del Orinoco. Para 1953, obtuvieron el permiso para trabajar entre los indígenas. Comenzó la labor misionera entre Yecuanas, Piaroas y continúo la misma entre los Yanomami, del Alto Orinoco. Al conocerse la autorización se inició un ataque despiadado contra la Misión referida, en todo los niveles por parte de los romanos, quienes laboraban en el ahora estado Amazonas desde 1909.
De acuerdo a Fuguet, en los años 60 esta iglesia recibió la ayuda y complicidad de los «gripos de izquierda» quienes se habían alzado en armas contra la democracia. La iglesia ignoraba, qué había detrás de ese supuesto apoyo de sus enemigos espirituales. Estos intentaban la creación de una república presuntamente indígena e independiente de pueblos de la zona amazónica venezolana, colombiana, peruana, boliviana y brasileña. «Así se añadieron a los ataques religiosos, señalamientos eminentemente políticos plagados de una sarta infinita de mentiras que no han podido ser comprobadas hasta el momento. De tanto mentir y repetir la maldad hasta algunos cristianos creyeron lo que se decía y no protestaron cuando el gobierno expulsó a los misioneros de sus lugares de trabajo, donde habían llevado la Palabra de Dios en 14 idiomas indígenas venezolanos construyéndolos al lenguaje escrito, que antes se trasmitía sólo en forma oral. De allí surgieron varios Nuevo Testamento, escuelas y libros de enseñanza. Pero nunca se les reconoció la obra realizada», denunció.
Siglo XXI
Durante este siglo la persecución se ha concentrado en la falta de reconocimiento de la Iglesia de Cristo por el Estado venezolano y demás entes de autoridad, lo cual hace que ciertos beneficios no sean otorgados a los pastores y ministros del Señor.
«Las iglesias evangélicas y sólo ellas han tenido obstáculos para el registro de su personalidad jurídica. Un asunto que está simplificado como institución religiosa en el Artículo 19 del Código Civil Venezolano vigente», aclara el entrevistado.
Explica Fuguet Borregales que «las entidades religiosas conllevan al bienestar espiritual y la paz de los ciudadanos, por tanto son entes de bien común, no están exentas de impuestos ni aranceles ni tasas para el registro o autenticación de sus documentos, exenciones que si están contempladas a favor de asociaciones comunitarias locales quienes ofrecen menos beneficios al colectivo nacional».
«Los ministerios de Educación Nacional y de Educación Superior Universitaria no terminan, a pesar de las muchas diligencias, de reconocer los pensum de estudios de institutos bíblicos y seminarios de formación teológica superior, ni reconocen sus títulos, diplomas, equivalencias y otros aspectos relacionados con la educación superior del pastorado evangélico que funciona en todo el país», continúa explicando el escritor.
Durante este siglo han sido varios los casos de boicot o sabotaje de iglesias y estructuras pertenecientes a los cristianos, como por ejemplo: En el año 2010 se produjeron 25 actos confiscatorios de terrenos y lugares de actos iglesias cristianas evangélicas en el país.
De igual forma se puede nombrar el «Centro Cristiano Nuevo Pacto», que con la figura legal del comodato ocupaba un teatro en el centro de Caracas; el terreno propiedad privada de la iglesia de habla Quechua ubicado en Clarines, estado Anzoátegui, que sería destinado para una iglesia, campamento, retiros y reuniones espirituales y acción integral social, así como el terreno que se dedicaría a templo y centro de ayuda social de la «Comunidad Cristiana del Centro Imperial», situado en la avenida Lecuna de Caracas.
No se puede dejar de nombrar la rumorada expropiación de la sede oficial de la «Iglesia Evangélica Pentecostal Las Acacias». Aunque algunos funcionarios entrevistados y en anonimato han dicho que es cierto, las autoridades los han negado, por tanto no ha sido comprobado ni tampoco existen notificaciones al respecto.
He aquí algunos de los casos que viven los cristianos en Venezuela, casos de los cuales la población cristiana y en general desconocen, y es que las razones de estos actos son simplemente espirituales y el que no conoce lo espiritual, no puede entender.
Recomendaciones finales
Para mejorar este acoso que vive la Iglesia de Cristo, Euclides Fuguet Borregales dijo que «las persecuciones se enfrentan con el diálogo y la oración al mismo tiempo, pero cuando existen autoridades cerradas al pensamiento cristiano no es fácil que se produzcan encuentros positivos. Sin embargo, el pueblo de Dios debe estar en oración y alerta permanente».
«Creo que todos los entes eclesiásticos, entendiéndose por tales: denominaciones, federaciones, asociaciones, entidades de servicios, iglesias independientes, etc., deben buscar la manera de encontrarse y dialogar para promover, programar y desarrollar, en conjunto, la obra evangelística del país. Considero que tanto el Consejo Evangélico como la Confederación Evangélica Pentecostal y todos aquellos grupos nacionales, regionales, o locales no afiliados a estos entes deben tratar de unir esfuerzos para la defensa de la libertad de cultos, el derecho de pensamiento, de expresión, de asociación y reunión, en una forma integral», citó.
Concluyó diciendo que «sólo Dios podrá establecer la unidad que todos anhelamos mientras oremos por la paz mundial y de nuestra Patria y la unidad del pueblo venezolano. Pero jamás dejaremos de orar y manifestar nuestro apoyo a las iglesias y aquellos hermanos que sufren oprobios, persecuciones, cárceles, asesinatos, privación de sus propiedades y ataques constantes a sus familias por ser fieles y seguidores del Salvador, Redentor y Sanador de nuestras almas y cuerpos, el único intermediario entre Dios y los hombres, nuestro Señor Jesucristo, el Señor de Venezuela y del mundo».
Sobre Euclides Fuguet Borregales
Es licenciado en Administración Comercial, TSU en Relaciones Públicas, Abogado y Doctor en Derecho, Ministro Evangélico y Doctor en Teología, mención Educación Cristiana. Ha escrito 17 libros y tiene dos en preparación. Varias Monografías y 10 Seminarios sobre temas históricos religiosos, ética y relaciones públicas y humanas.
Es presidente de la Misión Padamo de Venezuela (indígenas Yanomami), asesor de las etnias indígenas Piaroa y Maquiritare o Yecuana, asesor de la Confederación Evangélica Pentecostal de Venezuela, miembro del Consejo Consultivo del Consejo Evangélico de Venezuela, asesor del Concilio Federación de las Asambleas de Dios de Venezuela, entre otros.
Está felizmente casado con la Licda. Carmen Herminia Osorio Martínez de Fuguet, tiene tres hijos y ocho nietos.
Tremenda. Información me ayuda q nesecitaba como puede obtener los libros Dlbm
tendrán otro documento que hable mas a profundidad sobre la historia del protestantismo en venezuela?