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Vida en la Palabra: El orden conlleva al éxito

(Liliana Daymar González – Periodista).-

«Porque Dios no es un Dios de desorden sino de paz» (1ª Corintios 14:33).
En el principio de los tiempos la tierra se encontraba desordenada y vacía, no había nada. Con la presencia del Espíritu Santo y la entrada de su Palabra, Dios le dio orden al caos, trajo luz en medio de las tinieblas, nacimiento, vida y magnificencia. Dijo: «Sea hecho… y fue».
A veces llegamos a sentirnos de la misma forma en que se encontraba la tierra en el Génesis, confundidos debido al desorden mental que tenemos. Los pensamientos, las ideas y distintas voces se aglomeran en nuestras mentes ocasionando un caos o lo que actualmente llamamos estrés. La otra cara de la misma moneda la experimentamos cuando alimentamos nuestras almas únicamente de las cosas terrenales olvidando llenarnos del Espíritu de Dios. Lo que nos lleva a conocer el vacío y la nada en medio de la oscuridad.
Al abrir tu mente y corazón al Espíritu Santo, al darle entrada a su palabra, escucharás claramente su voz ordenándolo todo. Traerá claridad, fertilidad, paz y esplendor a tu vida. Recuerda que Dios creó el universo con sus palabras, formó el mundo con órdenes sencillas y sopló aliento de vida en nosotros.
Vives porque respiras. Al concentrarte en tus inhalaciones y exhalaciones sentirás la presencia del Señor dentro de ti, ese es el modo más extraordinario de sentirlo porque vivimos gracias a su aliento.
En medio de los problemas haz una pausa, detente, busca un lugar apartado donde el ruido no te perturbe, cierra los ojos y concéntrate en tu respiración, si escuchas atentamente su ir y venir, la paz no tardará en llegar, sencillamente porque Dios está ahí. Es un privilegio del cual nos podemos gozar diariamente, el aliento de vida es el medio para comunicarnos con nuestro Creador.
Nunca más vuelvas a pensar o decir que no sabes si Dios te escucha porque cada vez que respiras Él te recuerda que está contigo. Cuando inspiras lo recibes, cuando espiras te entregas a Él.
Del mismo modo como Dios ordenó el mundo comienza tú a partir de hoy a ordenarte por dentro y por fuera. Haz declaraciones sencillas, pero con autoridad sobre lo que quieres para ti. Comienza a conquistar las promesas del Señor. Ordénale a tu cuerpo sanidad, declara que todo lo que tocan tus manos prospera, que todo lo que tocan la planta de tus pies es territorio conquistado por ti, en el nombre poderoso de Jesús. Barre la basura acumulada, saca de tu vida lo inservible y dale espacio a lo nuevo. Dios dijo: «Esfuérzate y sé valiente para poseer lo que te prometí. Juré que te lo daría, pero quiero que te esfuerces».  
Para obtener sus promesas debes primero creerle e inmediatamente moverte a conquistar tus metas. Si te sientas a esperar a que Dios se mueva por ti, será tiempo desperdiciado porque Él te manda a esforzarte y a ser valiente; «no temas ni desmayes, porque yo tu Dios estaré contigo en dondequiera que vayas» (Josué 1:9).
Tu tiempo es ahora. Ordénale a tus montañas que se quiten. Elimina el pesimismo y deshazte de lo que te mantenga cautivo al pecado. No te conformes, esfuérzate por sobresalir en todo lo que hagas, trabaja con eficiencia y fidelidad, sé un modelo de virtud en tu escuela, en tu trabajo, para tu cónyuge e hijos,  no te pliegues al pensamiento y la actitud de las masas irreverentes, no temas levantar tu voz en contra de la mediocridad, la indolencia y el vacío de valores. Escoge lo santo, lo puro, lo de buen nombre, lo correcto delante de Dios. Solo así tendrás una vida plena y satisfactoria.
lili_vidaenlapalabra@hotmail.com

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