
Es inobjetable que el dinero es un medio indispensable en la vida moderna; lo necesitamos prácticamente para todo. No obstante, puede convertirse en una gran barrera para detener las bendiciones a nuestra vida, a nuestro matrimonio, o a nuestra familia, si nosotros lo permitimos.
1ª Timoteo 6:10, dice: «Pues el amor al dinero es la raíz de toda clase de mal; y algunas personas, en su intenso deseo por el dinero, se han desviado de la fe verdadera y se han causado muchas heridas dolorosas».
Está absolutamente claro que el problema no es el dinero, sino el amor al dinero. Dice la Palabra de Dios, que el amor al dinero es la raíz, o sea el fundamento, la base, lo que alimenta toda clase de males en nuestra vida. Toda clase de males incluye contiendas familiares, enfermedad, envidia, escases, frustraciones y muchos problemas.
¿Y cómo sabemos que amamos mucho el dinero? Cuando dedicamos mucho tiempo a pensar en lo material; cuando retenemos el diezmo y las ofrendas; cuando tenemos temor a perder cosas materiales; cuando compramos más de lo necesario; cuando lastimamos a alguien por asuntos materiales; cuando estamos dispuestos a hacer algo deshonesto por obtener riquezas; cuando retenemos el dinero que Dios nos manda a dar a alguien o alguna Institución; cuando nos frustramos mucho si perdemos algo material; cuando ignoramos la necesidad de otros; cuando retenemos la semilla que otros necesitan; cuando nos negamos a recibir instrucción de Dios por no gastar.
Hebreos 13:5. «Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: “Nunca te dejaré; jamás te abandonaré”». Eclesiastés 5:10, «Los que aman el dinero nunca tendrán suficiente. ¡Qué absurdo es pensar que las riquezas traen verdadera felicidad!».
Proverbios 1:19. «Así terminan todos los que codician el dinero; esa codicia les roba la vida». Proverbios 11:28, «El que confía en su dinero se hundirá, pero los justos reverdecen como las hojas en primavera». Mateo 6:33, «Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas».
1ª Timoteo 6:17-18. «Enséñales a los ricos de este mundo que no sean orgullosos ni que confíen en su dinero, el cual es tan inestable. Deberían depositar su confianza en Dios, quien nos da en abundancia todo lo que necesitamos para que lo disfrutemos. Diles que usen su dinero para hacer el bien. Deberían ser ricos en buenas acciones, generosos con los que pasan necesidad y estar siempre dispuestos a compartir con otros».
El amor al dinero nos enfoca en las obras de la carne y nos desconecta del plan de Dios para nuestra vida. Todo el dinero que usemos para nuestro crecimiento espiritual y el de otros, así como todo el dinero que usamos para bendecir a otros, es UNA INVERSIÓN en el Reino de los cielos que dará fruto en abundancia.
Aprendamos a ver el dinero como Dios lo ve: «un instrumento para bendecir».
No permitas que las riquezas materiales te roben las riquezas más importantes como la paz, el amor, el gozo, la fe, la esperanza y la alegría, en el seno de una familia unida en amor.
Es fundamental manejar un presupuesto familiar que incluya nuestra siembra constante al Reino de los cielos. Casi siempre requiere un tiempo recoger el fruto, pero Dios garantiza que habrá fruto.
¡Tu matrimonio y tu familia es el regalo más preciado que Dios te ha dado. Cuídalo!
Luis y Hannia Fernández
Pastores y consejeros
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