
Los únicos capaces de hacer el cambio son aquellos que tienen valores firmes. Existe una adolescencia de valores y por eso debemos entender como iglesia nuestro rol.
Cuando desconocemos la voluntad de Dios podemos dañar sus planes.
Es la Iglesia quien tiene el poder de hacer que la gente tenga un respeto a lo que hace, no es tiempo de distraernos en el oscurantismo, tampoco encerrarnos en nuestros templos, debemos responder con valentía y coraje. Dios está esperando que actuemos de acuerdo a su voluntad y deseo. El miedo nunca fue libertador de nadie, solo la fe y la valentía son libertadoras. Él está exhortando a un pueblo y diciendo: piensen bien y analicen lo que están haciendo.
Las palabras que hablamos son espíritu y vida, ellas tienen poder para llegar al corazón.
¿Quién se acuerda de lo que antes fue este país?
Los venezolanos somos grandes y generosos.
Dios dice: «…Esfuércense y cobren animo…». Él va a cumplir con su mano lo que prometió con su boca. «…He aquí, que en poco tiempo seremos reconocidos por la grandeza de nuestro corazón». A un país no lo hace grande su petróleo, ni su oro, sino su gente.
La gloria que viene será mayor que la que antes hubo.
Si Dios está con nosotros ¿Quién contra nosotros?
Javier Bertucci
Apóstol