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Nombra tus anhelos, Julio Almedo

Todos nuestros anhelos los podemos pedir al Padre celestial en el nombre de Jesús

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Cuán importante será en la vida poder identificar todo y llamar a las cosas elementales por su nombre. Desde los nombres de las personas, animales, proyectos, empresas, profesiones, entre otros. Asimismo, debería ser con los anhelos de una persona.
En el mundo tener una identidad te permite tener reconocimiento y distinción. Cuando se menciona tu nombre esto causa mucha atención, aunque irrelevantemente no sea con uno (este año 2023, imagino que muchas parturientas colocaran el nombre de Lionel a su hijo varón). A nivel empresarial, por ejemplo, podemos observar el prestigio que posee el nombre de una marca en las relaciones comerciales con los clientes.
La Biblia nos muestra en Éxodo 3:14 cómo Dios le da a conocer su nombre a Moisés y a lo largo de su Palabra encontramos diversos atributos para su nombre. Tan importante son los nombres que Dios inicia el Nuevo Testamento con la genealogía de Jesús en Mateo 1. También, en la lectura apreciamos que incluso algunos nombres fueron cambiados: Abram por Abraham (Génesis 17:5); Jacob por Israel (Génesis 32:28). Simón por Cefas (Keepa, roca en arameo-Pedro roca en griego, Juan 1:42). Saulo por Pablo (Hechos 13:9). Nuestro nuevo nombre (Apocalipsis 2:17).
Todos nuestros anhelos los podemos pedir al Padre celestial en el nombre de Jesús (Juan 14:13), nombre que es sobre todo nombre (Filipenses 2:9-11). Éxodo 20:7 nos enseña que no debemos usar el nombre de Dios en vano, de hecho, Marcos 5:1-13 nos enseña lo que representa usar el nombre de Dios en vano.
En la Palabra de Dios, Génesis 2:18-23 dice: “Entonces el SEÑOR Dios dijo: «No le hace bien al hombre estar solo, haré a un ser capaz de ayudarlo y que sea como él». Entonces el SEÑOR Dios formó de la tierra a todos los animales del campo y a todas las aves del cielo. Los llevó al hombre para ver cómo los iba a llamar y con ese nombre se quedó cada ser viviente. El hombre le dio nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales silvestres; pero ninguno de ellos resultó capaz de formar pareja con él para ayudarlo. Entonces el SEÑOR Dios hizo que el hombre durmiera profundamente y mientras dormía le quitó una parte de su costado y rellenó esa parte con carne. Después, de esa parte de su costado el SEÑOR Dios hizo una mujer y se la llevó al hombre. El hombre dijo: «¡Al fin! ¡Esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne! La llamaré “mujer”, porque fue sacada del hombre»”.
En esta porción bíblica podemos hallar la clave para darle nombre a nuestros anhelos. Dios conoce todas nuestras necesidades antes que nosotros (Génesis 2:18), primero Él comenzará a trabajar (Génesis 2:19), seguidamente te pondrá a trabajar en esa creación donde te nacerá el anhelo de tener algo propio sobre lo que has trabajado (Génesis 2:20), es cuando El Señor vendrá y hará algo sobrenatural en tu vida (Génesis 2:21), te presentará el anhelo (Génesis 2:22), y allí le colocarás el nombre (Génesis 2:23).
Ahora bien, Dios llama a las cosas que no son como si fueran (Romanos 4:17). En Hebreos 11 se nos enseña sobre la fe, “Ahora bien, fe es la realidad de lo que esperamos. Es la prueba palpable de lo que no podemos ver”. En el versículo 4 se nos enseña que todo fue hecho de lo que no se veía, tan solo por el poder de la Palabra.
De este modo, con fe, mientras Dios trabaja, cree y confía, colócales nombre a tus anhelos. Este es un nuevo tiempo, preséntaselos al Señor, descríbelos, visualízalos y Él hará, en su tiempo perfecto y a su voluntad el suplirá todo (Filipenses 4:19).

Julio Almedo
Informático

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