Vivir en la realidad del regreso de Cristo hace la diferencia en la conducta diaria del creyente. Un día como creyentes seremos semejantes a Cristo, esto debe hacer crecer en nosotros el deseo de ser semejantes a Él hoy.
Valor: El proceso del crecimiento del creyente va a terminar el día de Cristo, ese día cuando le veamos seremos semejantes a Él. El apóstol Juan lo resumió así en 1ª Juan 3:2, «Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios. Y aunque aún no se ha manifestado lo que seremos después, sabemos que cuando Jesucristo aparezca seremos como Él, porque le veremos tal como es».
Dios le bendiga.
Ramón Tovar
Pastor y columnista
tramon63@gmail.com